JESUS DIVINO MAESTRO: Como experiencia de vida

21.08.2024

Este año ha sido un viaje lleno de momentos significativos y experiencias inolvidables. Uno de los momentos más destacados fue el baile de inauguración de la cancha, un evento que no solo celebró un nuevo espacio para nuestra comunidad, sino que también simbolizó la unión y el esfuerzo colectivo. Cada paso que dimos en esa pista fue un reflejo de la alegría y el trabajo en equipo que compartimos.

Además, las vivencias en el colegio con mis amigas han sido inigualables. Cada risa, cada conversación y cada desafío enfrentado juntas han tejido recuerdos que atesoraré para siempre. Hemos creado un lazo que va más allá de la amistad; somos un apoyo incondicional en cada etapa de este camino.

A través de todas estas experiencias, he aprendido la importancia de valorar los momentos simples y especiales. Este año me ha enseñado que cada día es una oportunidad para crecer, reír y servir a los demás. Estoy agradecida por cada instante vivido y por las lecciones que me acompañarán siempre.


Mis experiencias en el colegio con mis amigas han sido inigualables. Desde las largas horas de estudio hasta las risas interminables durante los recreos, cada momento ha sido una pieza fundamental del rompecabezas de nuestra amistad. Recuerdo las noches en las que nos quedamos despiertas preparando exposiciones, riendo hasta que nos doliera el estómago, o simplemente compartiendo nuestras esperanzas y sueños. Estas vivencias han tejido una conexión única entre nosotras, donde cada una aporta su luz y su apoyo incondicional.

Además, he aprendido a valorar la importancia de ser parte activa de nuestra comunidad escolar. Participar en eventos como actividades deportivas me ha permitido conocer a otras compañeras y fortalecer lazos con aquellos que tal vez no conocía tan bien al comienzo del año. Es inspirador ver cómo todos podemos contribuir a crear un ambiente positivo y acogedor.

A lo largo del año, también hemos enfrentado desafíos que nos han enseñado lecciones valiosas. En momentos difíciles, hemos aprendido a apoyarnos mutuamente, encontrando consuelo y fuerza en nuestras amistades. Cada obstáculo superado se ha convertido en una oportunidad para crecer, tanto individualmente como grupo. Nos hemos convertido en un equipo fuerte, capaz de enfrentar cualquier adversidad con determinación y optimismo.

Mirando hacia el futuro, me siento emocionada por todas las nuevas experiencias que aún están por venir. Estoy lista para seguir aprendiendo y creciendo junto a mis amigas, creando recuerdos que atesoraremos por siempre. Este año ha sido un recordatorio constante de que cada momento cuenta y que las conexiones humanas son lo más valioso que tenemos.

Al final del día, lo que realmente importa son las relaciones construidas, las risas compartidas y los recuerdos atesorados. Agradezco cada instante vivido este año y espero con ansias todo lo que está por venir.


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